martes, 11 de noviembre de 2008

Israel - Palestina: Limitantes a la Solucion del Conflicto

El presente Trabajo fue presentado en el 1er Congreso Nacional de Estudiantes de Ciencia Politica, realizado los dias 4-5-6 de nov. del presente año en las Univerisidades Central, Pontificia Universidad Catolica y Diego Portales
Abstrac:

Durante los últimos 60 años del siglo XX, hemos sido espectadores de uno de los conflictos mas complejos que el concierto internacional a tenido que presenciar, en este escenario, Israel y Palestina han atravesado un camino de inestabilidad y de conflicto constante, en la cual han estallado 6 grandes guerras, dos grandes levantamientos nacionalista y religioso palestino con las Intifada, y se a implementado una política expansionista por parte de Israel, resguardados y apoyados por dos grandes premisas; la primera desde un prisma nacionalista-religioso de parte del sionismo, que es la conquista de la tierra prometida por “gracia divina” y la expulsión del pueblo palestino del territorio, y la segunda bajo el concepto de resguardo de las fronteras por los posibles ataques “terroristas” que algunos grupos armados radicales pudiera hacer en territorios israelitas, por otra parte el gobierno palestino, a quedado estancado en un mar de ineficacia en la búsqueda de una salida al problema que les aqueja, ya sea, por el mal manejo internacional que han tenido, quedando estigmatizada bajo la sombra del terrorismo o por el apoyo estéril que las instituciones supranacionales le han prestado al gobierno palestino y , en su contraparte, el apoyo irrestricto que EE.UU. le a entregado a Israel.

A pesar de estos punto expuestos Israel y Palestina tienen un pasado histórico que los une, un territorio único que los acoge, una historia ligada y separada por la religión, en este sentido se nos presentan como dos naciones inmensamente relacionadas pero diametralmente opuestas, bajo la perspectiva de que cada nación tiene una concepción de sociedad diferente.

Ahora bien, la pregunta que debemos hacernos, es ¿Cuáles son las limitantes a la solución del conflicto? La idea es presentar una gama de factores que han sido limitantes para encontrar puntos de convergencia entre ambas naciones, ya sea desde un punto de vista político, religioso, nacionalista o de interese económico; como también las implicancias que radican en la intervención de terceros actores, ya sea EE.UU. o la Liga Árabe, en otro punto, valorizar los aportes hechos por las entidades supranacionales como la ONU , ya sea como punto de encuentro de dialogo entre ambas naciones o de intervensionismo o resguardo del territorio en disputa. Todo esto haciendo un análisis diacrónico de ambas naciones para llegar al actual escenario en el cual se desenvuelven, el desarrollo de los nuevos actores en el escenario político de cada una de las naciones y sus posibles políticas a futuro.

Limitantes a la solución del Conflicto entre Israel y Palestina

Para comenzar a hablar de un tema tan complejo como lo es el Conflicto entre Israel y Palestina, tenemos que ser capaces de entender y tomar en cuenta muchas variables, y quizás, la misma cantidad de actores que interactúan entre si, provocando cambios o manteniendo escenarios donde se desarrolla este conflicto, ahora bien, hacer un análisis in extenso de este conflicto nos llevaría a demandar una cantidad indeterminado de tiempo, e querido saltarme la discusión que muchos (y me incluyo) han tratado de resolver en lo que respecta al comienzo de este conflicto, para algunos, para hacer un análisis completo, tendríamos que remontarnos a los tiempos bíblicos de Abraham (aprox., 2500 AC) , y el clivaje dado entre los hijos de este (Isaac e Ismael), para otros, el análisis debería darse tomando en cuenta las invasiones y conquistas de los grandes imperios de antaño al territorio de la Palestina histórica, por otra parte, ya un poco mas actual, el conflicto como tal, debería darse como entendido con la aparición del Sionismo europeo a fines del siglo XIX, es así , a través de este nuevo actor (el Sionismo) dirían algunos que la Declaración de Balfour en 1917 da pie al comienzo del conflicto ya sea por que es aquí donde se ven las intenciones de los judíos sionistas y el poder que han llegado adquirir en las altas esferas de poder de los países europeos.

Son muchos los datos y los hechos históricos, comenzar el análisis desde cualquiera de estos puntos, estaría correcto, pero dar un inicio para este análisis, a mi parecer debería darse desde 1948 con la aprobación de la ONU para la partición de la Palestina histórica, eso si, tomando en cuenta datos anteriores, para entender de mejor forma el trasfondo del conflicto

Para ubicarnos en el escenario convulsivo existente entre Israel y Palestina, debemos primero que todo buscar una definición conceptual y teórica a lo que conocemos como “Conflicto”, y en ese sentido, Remo Entelman nos entrega una definición que se apega casi a la perfección de lo que mas adelante quiero profundizar, para R. Entelman el conflicto “Consiste en un enfrentamiento o choque intencional entre dos seres o grupos de la misma especie que manifiestan los unos hacia los otros una intención hostil, generalmente acerca de un derecho y que para mantener, afirmar o restablecer el derecho, tratan de romper la resistencia del otro usando eventualmente la violencia, la que podría llevar a al aniquilamiento del otro”.[1]

Desde 1948 Israel y Palestina han atravesado por decenas de enfrentamientos, que han llevado (por parte de Israel) a acrecentar aun mas su expansionismo territorial y el aumento de los asentamientos en territorios que debería ocupar el pueblo palestino, sin dejar de mencionar la construcción en la actualidad de un muro que sirva como herramienta para Israel para salvaguardar la seguridad e integridad del pueblo judío de los posibles ataques terroristas que pudiera realizar algún grupo fundamentalista contra intereses israelíes. Pero esta función del muro no solo debe quedar definida como un “Muro de Protección” a esto debemos agregar que a través de este muro, el gobierno judío fiscaliza a todo palestino que trabaje o se desenvuelva laboral o académicamente en territorio ocupado, es un muro de segregación, un muro que no respeta derechos de los palestinos, y su construcción se lleva a cabo donde antes se emplazaban las viviendas y los campos de los palestinos.

En ese sentido, Maquiavelo en su libro “El Príncipe” nos entrega una definición teórica de lo que acontece en el territorio ocupado, y nos dice,

“Cuando los Estados que se adquieren están acostumbrados a vivir regidos por sus propias leyes y en libertad, hay tres modos de conservarlos: primero, destruirlos; segundo, trasladar a ellos la residencia; tercero, dejarlos gobernarse con sus propias leyes, mediante un tributo, y organizando un gobierno de pocas personas que lo mantengan adicto (...) Quien se apodere de una ciudad acostumbrada a gozar de su libertad y no la destruya, debe esperar ser destruido por ella, pues siempre tendrá como refugio de rebelión, el nombre de la libertad y su antiguo régimen, que ni el transcurso del tiempo ni los beneficios hacen olvidar. Hágase lo que se haga y cualquiera que sea la precaución que se tome, sino se distribuyen o dispersan los habitantes, ni el nombre de libertad, ni el antiguo régimen se borran de la memoria, y a ellos acuden en cualquiera ocasión.”[2]

Maquiavelo nos da tres modos de conservar un Estado (Palestina): primero, destruirlos; segundo, trasladar a ellos la residencia, (asentamientos judíos en territorios palestinos) y por ultimo impuestos, (los centros de control en la franja de gaza y en la ribera oriente).

Si nos damos cuenta, el accionar israelí sionista, se a llevado a cabo bajo estos preceptos, la política tanto interior como exterior se afirma por lo que Maquiavelo nos expone, a la vez esta política se afirma por la inestabilidad que presenta el accionar palestino contra Israel, ergo, Israel utiliza todos sus medios políticos, militares económicos y sociales para resguardar sus propios interés, muchas veces, dejando de lado fundamentos básico de derechos humanos o acuerdos de no agresión contra un pueblo que lo único que quiere es ser respetado como todo ser humano.

Alfredo Thumala en su libro “El conflicto palestino – israelí; un camino hacia la paz” se hace la siguiente pregunta, ¿Cuáles fueron las causas de la creación de Israel?, identificando 5 puntos que responden esta pregunta:

El Antisemitismo: que culmino con el asesinato de millones de judíos por parte de la Alemania nazi, que produciría un sentimiento de culpa en el mundo entero y la necesidad de reparar el drama vivido por el pueblo judío, apoyando el nacimiento de un Estado judío.

El sionismo: nacido a causa del antisemitismo, con una gran capacidad en la actividad política internacional y grandes recursos económicos

La traición e incompetencia británica: durante el Mandato sobre Palestina, en vez de lograr la independencia de esta, obligación como potencia mandataria, permitieron el fortalecimiento del sionismo que culminaría con la creación de Israel

El apoyo incondicional de EE.UU.: el gobierno norteamericano con presiones políticas y económicas fue el gran responsable de la votación en la ONU a favor de Israel.

La debilidad Árabe: desorganizados, desunidos e indiferentes al drama palestino, eran débiles política, económica y militarmente.

Desde la creación del estado Judío, la postura implícita y explicita del sionismo ha sido la expulsión total del pueblo palestino y la conquista de todo el territorio que alguna vez ocupara en su totalidad el pueblo árabe, la idea sionista radica esencialmente en que todo el territorio que conocemos como Tierra Santa, es el territorio “Prometido” por gracia divina por el Dios de los judíos al pueblo judío (Esto no tiene ningún fundamento legal ni político).

Es difícil entender la cuestión judía sin entender su concepción religiosa, sabemos bien, que al hacer un análisis investigativo de la problemática, no debemos, (por razones científicas) incluir la “Fe” por no ser comprobable empíricamente y por ende, ambigua, y llena de confusión, pero en este caso en particular es necesario traerlo a la palestra, ya sea por razones de contexto histórico como por razones políticas.

“A tus descendientes les doy este país, desde el río de Egipto hasta el gran río, el Eufrates” [3]

Bajo este párrafo se resguarda la posición sionista “Si poseemos el libro de la Biblia, si se nos considera como el pueblo de la Biblia, deberíamos poseer todas las tierras bíblicas”[4]

Si analizamos esta postura y la llevamos a la práctica, la política y accionar sionista no descansara hasta expulsar a todo palestino que quede asentado dentro de esta “Tierra Prometida”.

“Los lideres de la generación de 1948 (Yigal Alon, Moshe Dayan, Isaac Rabin, Sharon y Peres) crecieron con el mito de la “tierra de redención”. Este mito, inculcado en todas las generaciones israelíes, afirma que la tierra que antaño perteneció al pueblo judío debe ser redimida y liberada, es decir, arrebatada de los extraños que en ella residen. Para ello hay que preservar y apropiarse del territorio pedazo por pedazo o, si es necesario entrar en guerra” [5]

Es así, bajo estos preceptos, el Sionismo a hecho uso de todo su poderío económico y bélico, haciendo estallar un espiral de violencia que no avizora una pronta solución.

“Con un enfoque de mayor amplitud y perspectiva, puede decirse que todas las guerras y crisis entre Israel y Palestina, constituyen parte de una sola guerra de 50 años que las engloba a todas ellas”.[6]

El ir y devenir de lo que acontece entre Israel y Palestina se configura a través de la historia de los últimos 60 años con 6 grandes enfrentamientos y dos grandes levantamientos nacionalistas palestinos. (Intifadas)

Como hemos visto, el convulsionado proceso dado entre Israel y Palestina, no ha encontrado una salida a los enfrentamientos, la comunidad internacional a hecho oídos sordos a lo que acontece en los territorios ocupados, dejando a la deriva a millones de palestinos que cada día son denigrados por las fuerzas ocupantes.

Uno de los principales actores y la vez una de las principales limitantes a encontrar puntos de convergencia entre ambas naciones, es la postura radical que las cúpulas políticas de Israel, que son guiados bajo los lineamientos del sionismo.

Es así, como podemos entender el sionismo como una ideología limitante a la convergencia de factores que puedan crear puntos de encuentros entre Israel y Palestina, en el trasfondo es una ideología emancipadora y a la vez represora, en otras palabras “El sionismo es una ideología cuyo objetivo es la creación de un Estado judío en Palestina. No todos los judíos son sionistas y no todos los sionistas son judíos. Considerado por algunos un movimiento de liberación, el sionismo creo el concepto de nación judía. El sionismo es, efectivamente un movimiento liberador para millones de judíos pero es opresor para millones de palestinos. Es un movimiento de liberación, un pueblo oprimido se rebela contra el opresor. En el caso del sionismo, el pueblo castigado es el palestino, absolutamente inocente al drama que el pueblo judío algún día vivió”[7]

Otro punto limitante es la concepción de “Pueblo elegido”:“El judaísmo enseña que hay un solo Dios, el de los judíos, y que ellos son el pueblo elegido. Esta creencia sitúa a los judíos más religiosos por encima de otros pueblos y los hace sentirse superiores”[8]

Así, podemos hacer un recorrido histórico sobre las posturas de los grandes líderes de Israel que a través del tiempo han puesto sobre la mesa sus posturas respecto a Palestina:

“Trasladar la población árabe con su consentimiento o sin el y entonces aumentar la colonización judía. Debemos expulsarlos y tomar sus lugares.”[9] Ben Gurion (Principal líder sionista en 1948)[10]

“Entre nosotros debe estar claro que no hay lugar en el país para ambos pueblos juntos…No hay otra forma que transferir a los árabes desde aquí a los países vecinos, transferirlos a todos, ninguna aldea o tribu debería permanecer”[11] Joseph Weits, oficial que dirigió los asentamientos sionistas.

“No hay tal pueblo palestino. No es que llegáramos, los expulsáramos y tomáramos su país, ellos no existía”[12] Golda Meier (ex primer ministro israelí)

“Las fronteras de la partición no pueden ser para nosotros las definitivas…tenemos derecho a decidir nuestras fronteras de acuerdo con nuestras necesidades defensivas. Yigal Allon, 1948”[13]

Como vemos, los fundamentos de los actuales líderes israelitas se fundan en sus antecesores, estos lineamientos se mantienen implícitamente, haciendo dilatar una posible solución.

Por otra parte, una gran limitante es el actuar de las instituciones supranacionales que a sido vago por no decirlo nulo, la inoperancia y la falta de autonomía de la ONU ha tenido como corolario intentos de Paz entre ambas naciones sin soluciones definitivas para acabar con los enfrentamientos, como también la incapacidad de hacer respetar los acuerdos establecidos.

Como punto de partida en 1992 el gobierno israelí encabezado por Yitzhak Rabin y Shimon Peres dispuestos a avanzar en tratativas de paz y lograr de alguna forma la autonomía de Palestina, pero siempre desde el prisma de una “independencia controlada por Israel”. Esta primera conversación se llevo a cabo en Oslo y tubo como consecuencia el reconocimiento de Palestina a la existencia y legalidad del Estado de Israel emplazado en la Palestina histórica y por la otra parte el reconocimiento de parte de Israel de la OLP como representante de la nación palestina y el compromiso de retirarse de parte de los territorios ocupados, pero, sin especificar el tiempo ni la cantidad de territorio a desocupar.

En su libro “El conflicto Palestino israelí, un camino hacia la Paz”, Alfredo Thumala reconoce que a pesar de esto quedaron varios puntos inconclusos en los cuales Israel no se pronuncio ni dejo entrever alguna salida a otros problemas:

-El estatuto final de la futura entidad palestina
-Los limites del Estado de Israel
-La situación de los asentamientos judíos en los territorios ocupados
-El control de Jerusalén
-La situación de los refugiados palestinos
-El control de los recursos hídricos

En 1995 un nuevo acuerdo, esta vez conocido como Oslo II dividió a Cisjordania en 3 zonas, siempre bajo el predominio militar de Israel, esto provoco el rechazo de gran parte del ala mas nacionalista y árabe de la política y sociedad palestina, a lo que se suma también el rechazo de parte del sociedad israelí

En el 2000 se reunieron los representantes de ambas naciones en EEUU, Bill Clinton era el anfitrión, este encuentro se conocería como la reunión de Camp David.
Esta reunión es una de las más analizadas por los expertos, se hablaba de que Arafat había rechazado la más generosa de las ofertas del gobierno israelí, pero al analizar lo ocurrido ese día, se llega a muchas interrogantes.

Alfredo Thumala hace referencia a cuatro puntos que podrían explicar el rechazo de Arafat a la Oferta de Ehud Barak.

-Fue una reunión que no quedo documentada por escrito
-Las proposiciones no las hizo Barak, sino el Clinton
-Lo ofertado, era rechazado por la mayoría de la ciudadanía y dirigentes israelíes.
-Barak y Clinton estaban al término de sus mandatos, las ofertas tendrían que haberse trabajado por los sucesores de estos, Sharon, el seguro sucesor de Barak, rechazaba la oferta.

En el 2001 nuevamente se vuelven a reunir israelíes y palestinos, esta vez en Taba, Egipto, pero ninguno de los acuerdos podían llevarse a la practica ya que no contaban con el apoyo de la opinión publica, y a la vez, porque un par de meses después, el acérrimo opositor de Palestina, Ariel Sharon, resultaría vencedor de las elecciones en Israel.

Una de las propuestas que más marco el proceso fue la Hoja de Ruta, elaborada por EE.UU. la ONU, la Unión Europea y Rusia, en un momento, se pensó que serviría para involucrar a la comunidad internacional en el tema, pero el resultado no fue lo esperado, ya que puso todas las responsabilidades en los palestinos, haciendo caso omiso a las violaciones que el Ejercito israelí y sus cúpulas de poder perpetraban en territorio ocupado. La parcialidad de las decisiones y las articulaciones de intereses de cada organismo prevaleció sobre el bienestar de Palestina.

Siguiendo con el proceso por la búsqueda de una salida pacifica, en el 2003 salen a la luz los acuerdos de Ginebra, el cual proponía una solución inmediata y sin etapas, pero como a sido la tónica a todos los procesos fue rechazado por las cúpulas sionistas de Israel y por los grupos palestinos mas fundamentalistas palestinos, pero aceptado en parte por la ANP.

A fines del 2007 en Annapolis por ultima vez a la fecha, se reúnen nuevamente en EE.UU. esta vez con Ehud Olmert como primer ministro israelí y Mahmoud Abbas presidente de Palestina. Pero como ya hemos visto, esta reunión no provoco ningún cambio por las siguientes tres razones,

-Olmert era apoyado por una frágil coalición, que a la postre le significaría su dimisión hace un par de semana acusado de corrupción

-Abbas, es fuertemente criticado por gran parte del pueblo de palestina, esencialmente porque en las elecciones pasadas, fue Hamas quien obtuvo la mayoría, pero por problemas internos en Palestina, terminaron en un clivaje entre Hamas y Al-fatah dejando relegado a Gaza bajo el dominio de Hamas y Cisjordania al mando de Al-Fatah.

-Bush, presidente anfitrión es abiertamente pro-israelí

Ahora, haciendo un análisis profundo al segundo punto recién expuesto, el conflicto interno producido entre Hamas y Al-fatah, será un gran limitante para reiniciar las conversaciones o tratativas de Paz, ya que consensuar dos posturas opuestas al interior de palestina, no solo provocara una dilatación del conflicto, sino que a la postre puede acarrear problemas hacia Israel, en ese sentido, Lewis Coser en su proposición nº 14 de las Funciones del Conflicto Social, nos menciona lo siguiente.

“Teniendo en cuenta las ventajas de una organización unificada, con vistas a triunfar en el conflicto, debería suponerse que cada partido desea la falta de unidad de su antagonista. Sin embargo, esto no es siempre verdad. Si existe un equilibrio relativo de fuerzas entre contendientes, el partido unificado preferirá un adversario unificado…La continua participación en conflictos tiende a propiciar la aceptación por ambos contendientes, de reglas comunes que regulen su desarrollo. Ahora podemos agregar que, bajo las condiciones descritas, el conflicto también exige una estructura orgánica, para facilitar la aceptación y la observación de reglas comunes.” [14]


A través de lo expuesto por Coser, podemos agregar otro punto mas, la no existencia de un líder que unifique la posición respecto al conflicto del pueblo palestino, en palabras de Alfredo Thumala: “En el lado palestino no hay un líder potente ni unificador, una clara demostración de la división de los palestinos es la existencia actual de dos gobiernos antagónicos, uno en Gaza (Hamas) y otro en Cisjordania (ANP con Al-Fatah a la cabeza) y los enfrentamientos armados entre ellos. No existe, por ahora, un interlocutor palestino que represente a todo su pueblo, situación que dificulta enormemente el dialogo y la paz con Israel”[15]

Hay que poner en claro, que la idea de exponer sobre este tema no significa por ningún motivo estar contra el pueblo de Israel, pero si hacer una critica a las cúpulas sionistas que solo han velado por intereses personalistas y ultra nacionalistas, pero hay que hacer una acotación a la función que estos lideres le dan al conflicto, esta función es la unificación del pueblo israelí y en ese sentido Coser nos explica bajo la siguiente constatación:

“Los conflictos con grupos extraños aumentan la cohesión interna. El conflicto con otros grupos conduce la movilización de energías, entre los miembros del grupo propio, y por tanto al robustecimiento de la cohesión del mismo…Que la tendencia a la centralización acompañe a un robustecimiento de la cohesión, depende tanto del carácter del conflicto como del tipo de grupo, la centralización aparecerá como mayor probabilidad en el caso de un conflicto bélico y en estructuras diferenciadas que requieren una marcada división de trabajo”[16]

Como hemos visto, encontramos una gama de factores que son limitantes para iniciar un proceso de paz entre ambas naciones, un proceso que no se trunque por intereses individuales ni por la inoperancia de los actores, los hechos históricos han demostrado que el actuar sobre el tema ha sido inadecuado, ya que mientras estas conversaciones y tratativas sean llevadas acabo por entidades o instituciones no imparciales y no sean capaces de hacer cumplir los acuerdos no avizoraremos en un largo tiempo el fin de este conflicto.

También debemos dar cuenta del poderío militar, económico y político que Israel tiene en la comunidad internacional eso sumado al apoyo irrestricto de EE.UU, hace cargar la balanza a favor del sionismo, dejando relegada a toda la nación palestina, esperando algún atisbo de “generosidad” de parte de las potencias.

Pero debemos dejar claro que es un proceso largo, que primero tiene que iniciar por procesos internos individuales de cohesión e institucionalización, antes de eso, no se podrá avanzar a una mesa que reúna adecuadamente y equitativamente ambas posturas y la posibilidad de llegar a un consenso.

El sionismo, en su faceta de “liberador” de la nación judía, no ha hecho más que mantener un conflicto que le sirve para cohesionar a su población ante un enemigo en común, los palestinos y sus ansias independentistas. La culpa no es de la población israelí ni de los que profesan el judaísmo, sus cúpulas políticas en sus articulación de intereses no hacen mas que dilatar aun mas este proceso mientras usan ese tiempo para aumentar su expansionismo territorial.

La suma de todos estos factores recién mencionados son grandes limitantes para comenzar un proceso ya maduro que tenga como corolario, quizás, no la paz inmediata entre Israel y Palestina pero si el comienzo del fin del conflicto

La idea de este trabajo, a sido solo aportar una grano de arena, al entendimiento de lo que acontece en lo que conocemos popularmente como “tierra santa”, se tiene que seguir investigando, describiendo y explicando, tratando de abarcar la mayor cantidad de aristas posibles, para que algún día podamos encontrar una salida, a este camino convulsionado por la violencia y la intolerancia.

Referencias:

[1] Entelman, Remo; Teoría de Conflictos, hacia un nuevo paradigma, Edit. Gedisa, Barcelona, 2002.

[2] Maquiavelo, Nicolás: "El Príncipe". Editorial Centro Grafico, Santiago de Chile, 2003
[3] Génesis XV, 8
[4] Garaudy, Roger; Los mitos Fundacionales de la política israelí, Edit. Libertad y Expresión, 2002.
[5] Reinhart, Tanya, “Israel-Palestina: como acabar con el conflicto, Edit. RBA , 2004
[6] Altamirano Falkenstein, Máximo; El Conflicto Árabe – Israelí, Academia de Guerra de Chile, 2002.

[7] Altable, Juan. “Oriente Próximo: Las claves del conflicto” , Madrid, Silex, 2000
[8] Thumala, Alfredo. “El conflicto Palestino Israelí, Un camino hacia la Paz”, Santiago, Edit. Mar del Plata. 2008.
[9] Idem.
[10] Ídem.
[11] Ídem.
[12] Petras, James. The power of Israel in the United States, Atlanta, Clarity Press inc, 2006, en Thumala, Alfredo. “El conflicto Palestino Israelí, Un camino hacia la Paz”, Santiago, Edit. Mar del Plata. 2008.
[13] Ben-Ami, Shlomo, “Cicatrices de guerra heridas de paz” Barcelona, Ediciones B, 2006
[14] Coser, Lewis. “Las Funciones del Conflicto Social” México, FCE, 1961
[15] Thumala, Alfredo. “El conflicto Palestino Israelí, Un camino hacia la Paz”, Santiago, Edit. Mar del Plata. 2008.
[16] Ídem. 13